MANUEL AMBRÓS ESCANELLAS. 1955. GRAN VÍA, 38
El solar donde se levanta el edificio de viviendas de Gran Vía 38 tiene dos peculiaridades relevantes. Por un lado, a diferencia de lo que ocurre en el resto de la avenida, ocupa una manzana completa. Por otro, al situarse en la confluencia con la calle de Doctor Cerrada, la forma del solar es triangular, lo que da lugar a un chaflán de fuerte perspectiva urbana.
En consecuencia, el inmueble adquiere una presencia singular que atrae la atención del viandante, sobre todo cuando se observa en dirección hacia la plaza de Paraíso.
Nueva propuesta para la Gran Vía
La Gran Vía, como una de las principales arterias de expansión de la ciudad, reúne desde los años 30 un repertorio de propuestas constructivas que ejemplifican el devenir de la arquitectura del periodo, desde los historicismos hasta el Racionalismo, pasando por reminiscencias futuristas y expresionistas. Desde el final de la guerra civil, la estética dominante en el entorno es la de corte más monumentalista, con un vago Clasicismo resuelto más en la composición de los inmuebles que en su aparato decorativo.
El edificio de Gran Vía 38 tiene como principal virtud aportar un nuevo planteamiento constructivo basado en el lenguaje del denominado Estilo Internacional. La importancia concedida a la distribución interior y su inmediato reflejo en las fachadas, el uso del color, la variedad de materiales, la ligereza visual y la animada articulación de los volúmenes, tanto en el desarrollo horizontal como en altura, son señas de identidad de la construcción.
Aunque las modificaciones introducidas con el paso del tiempo han desvirtuado algunas de las características iniciales del inmueble, su condición de testigo de un modelo constructivo y sus virtudes arquitectónicas siguen manteniéndose en la actualidad.