RICARDO USÓN GARCÍA. 1985. PARQUE GRANDE JOSÉ ANTONIO LABORDETA
Una arquitectura para una época
El anfiteatro del “Rincón de Goya” es un buen ejemplo de la evolución de la consideración que la cultura tuvo en las últimas décadas del siglo XX, cuando las autoridades políticas juzgaron adecuado invertir en la difusión de la música y las artes escénicas. En este contexto nació el proyecto del anfiteatro del “Rincón de Goya”, un espacio destinado a representaciones y actuaciones al aire libre en un lugar tradicionalmente dedicado al esparcimiento y ocio de los zaragozanos. Y ello explica, asimismo su posterior abandono, degradación y derribo comenzado el siglo XXI.
Como testimonio de una época en cuanto a su función, también lo es de una manera de entender la arquitectura. Se presenta como un ejercicio de sincero funcionalismo, casi austero, que sabe jugar con el entorno y el programa, pero que no deja de hacer guiños a la historia y la tradición.
En este sentido, el anfiteatro del “Rincón de Goya” se acerca a los postulados de la “Tendenza” italiana, de la misma manera que lo harán otros trabajos de su autor en la época, como su proyecto para un teatro flotante en el Ebro o las instalaciones provisionales construidas con motivo de la visita del Papa Juan Pablo II a la ciudad de Zaragoza.