REGINO BOROBIO NAVARRO. 1986. AUTOVÍA A-2, KM 311
Un complejo expositivo
Casi medio siglo después de su construcción, el recinto de la “Feria de Muestras” levantado en el paseo de Isabel la Católica daba claras muestras de agotamiento funcional. Se plantea entonces la necesidad de construir un nuevo espacio expositivo que fuera capaz de atender al gran volumen que van adquiriendo las ferias de muestras, a la variedad de las exposiciones que han ido surgiendo a lo largo del tiempo y a la mayor complejidad funcional de este tipo de recintos.
La nueva feria de muestras se levanta en amplios terrenos situados al sur de la ciudad, junto a la autovía de Madrid y de lo que poco más tarde sería el cinturón de la Z-40. De esta manera se logra el objetivo del desahogo espacial y de la adecuada accesibilidad por carretera.
En la feria se aúnan dos tipos de espacios, los puramente expositivos, caracterizados por la diafanidad de los grandes contenedores, y un cuerpo central de carácter representativo, en el que un lago y un gran patio porticado en ladrillo, de líneas casi minimalistas, dan paso a la gran nave abovedada que constituye el núcleo de todo el conjunto. En esta zona se integran las instalaciones de administración, recepción y salón de actos, entre otras.
En su conjunto, la feria destaca por su sobriedad, basada en la articulación de volúmenes puros que buscan la máxima funcionalidad y operatividad.