BASILIO TOBÍAS PINTRE. 1990. EDUARDO IBARRA, 3
La versatilidad como programa
La propia esencia de una sala multiusos implica que, aunque siempre dentro de una lógica cerrada, el edificio no responde a un programa concreto sino que ha de ser capaz de adaptarse a eventos de diferente naturaleza, fundamentalmente musicales, de grandes reuniones, exposiciones, ferias, etc. Esto implica que la versatilidad es el verdadero programa, la auténtica necesidad a la que debe de responder.
El edificio que proyecta Basilio Tobías se organiza a partir de una gran sala rectangular y diáfana de 85 x 31 metros de planta por 11 de altura. El acceso a la sala se resuelve mediante un hall de doble altura donde se sitúan las taquillas y las dependencias auxiliares del edificio.
La cubierta se plantea mediante grandes cerchas pareadas entre las que se disponen las instalaciones de climatización, iluminación y otros servicios. Entre los pares de cerchas el techo se inclina alternativamente a uno u otro lado del edificio.
A diferencia de lo que ocurre con el Auditorio, la Sala Multiusos es de una sobriedad material y cromática casi absoluta: aquí la forma y los volúmenes son los grandes protagonistas del planteamiento constructivo.