JOSÉ LUIS RIVERO SOLANO. 1965. MARÍA AGUSTÍN, 2-4

El proyecto inicial para el edificio “Ebrosa», firmado por José Luis Rivero Solano en junio de 1965 presenta una construcción más ligera y menos masiva de la que finalmente se llevará a la práctica.

Destaca su altura de más de 60 metros, inusual para la ciudad, con 18 plantas sobre el nivel de la calle a las que se añaden 3 más de sótanos. En el programa se incluyen viviendas, locales para oficinas y zonas comerciales.

El resultado es el de una gran mole constructiva idéntica a otras tantas que se levantan en el conjunto de las grandes ciudades españolas, ajenas al entorno, descontextualizadas y con una intención modernizadora no del todo lograda.

Arquitectura “desarrollista”

Mediada la década de los años 60 el “desarrollismo” surgido de las reformas derivadas de los planes de estabilización y desarrollo es ya un hecho. El crecimiento demográfico viene acompañado del económico y tanto las posibilidades como las demandas de la sociedad cambian.

Estas nuevas necesidades darán lugar a una serie de grandes promociones inmobiliarias sin antecedentes, por volumen, en la ciudad. Con frecuencia, estas iniciativas provocarán disparates constructivos que acarrearán serias consecuencias para el futuro desarrollo de la ciudad.

El edificio de “Ebrosa» es una de estas primeras promociones ligadas al desarrollismo. Situado en una zona de expansión (por la liberación de antiguos terrenos pertenecientes a la Diputación Provincial) próxima al centro de la ciudad se plantea como un enorme bloque constructivo, con notas de la arquitectura de estilo internacional pero resuelto con una dureza visual poco airosa.

Ebrosa ejemplifica bien un tipo de arquitectura contundente, seca y masiva, que proliferará en Zaragoza en las siguientes décadas.

(Fotografías: autor y Gerardo Sancho Ramo).