FRANCISCO ALBIÑANA CORRALÉ. 1931. MEFISTO, 9

Edificio para el debate

Se trata de un inmueble de sólida presencia urbana que destaca por su volumetría en un espacio privilegiado. Mucho se ha debatido sobre la “modernidad” del proyecto, que sobresale por la homogeneidad y de su diseño. Para algunos autores, Francisco Albiñana lleva a cabo aquí su proyecto más racionalista. Para otros, se trata simplemente de un diseño que adopta la estética externa del Racionalismo pero sin asumir los verdaderos valores de la arquitectura moderna, por ejemplo, en la articulación de los espacios interiores.

Una propuesta sincera

En cualquier caso, es evidente la aproximación de Albiñana hacia el Racionalismo. Sobre todo si se compara con el colindante inmueble de Mefisto, 7 que proyectó tan sólo un año antes.

Este acercamiento a la estética racionalista resultaba todavía más patente en la apariencia original de la fachada, con un uso del color contrastado y diferente para los paramentos verticales y horizontales (como se intuye en el proyecto) que posteriormente desaparecería para dar paso a un blanco homogéneo que desvirtúa algunos de los valores del diseño original.

Otros valores singulares de este edificio hay que buscarlos en la propia concepción residencial del inmueble, uno de los primeros que se vendió en Zaragoza -con gran éxito, además- por pisos, introduciendo el principio de propiedad en altura. Este proceso, que se ve beneficiado por la utilización de ascensores y montacargas, confiere al edificio un sentido más “igualitario” que concuerda a la perfección con el diseño homogéneo y reiterativo del conjunto de la fachada.