CARLOS FERRATER LAMBARRI, JOSÉ MARÍA VALERO SUÁREZ, ELENA MATEU POMAR y FÉLIX ARRANZ SAN VICENTE. 2000. AVENIDA DE NAVARRA, 80
Estación intermodal
Durante décadas Zaragoza contó con varias estaciones de ferrocarril (“Campo del Sepulcro” / “Portillo”, “Arrabal”, “Caminreal», “Utrillas”, “Delicias”…) y con una variedad todavía mayor de estaciones de líneas de transporte interurbano salpicadas por su trama urbana.
“Zaragoza-Delicias” nació como una estación intermodal en la que se concentraron las líneas ferroviarias de larga distancia y cercanías, así como una amplia estación de autobuses para el conjunto de las compañías que operan en la ciudad. Además, el programa se completaba con instalaciones hosteleras y servicios complementarios.
Un gran contenedor multifuncional
Zaragoza-Delicias se concibe arquitectónicamente como un enorme contenedor de 600 metros de largo por 150 de ancho y 23 de altura que acoge en su interior una gran estación ferroviaria de todo tipo de servicios, una estación de autobuses con capacidad para 40 dársenas, instalaciones técnicas y de servicio, hoteles y equipamientos complementarios.
Una construcción de tal envergadura, capaz de dar servicio a más de tres millones de viajeros al año, debe de plantearse con un carácter estrictamente funcional. De esta manera, la estación se organiza a partir de tres grandes vestíbulos: el de salidas y el de llegadas, opuestos a ambos extremos de la estación, más el “tránsfer” que une las diferentes instalaciones por debajo del nivel de las vías. Así, las circulaciones quedan estrictamente separadas en favor de una gran claridad de uso.
La estación de autobuses y los hoteles se ubican en la fachada norte, la orientada hacia la zona de expansión urbana nacida de la Exposición Internacional de 1908.
Mención especial merece la enorme cubierta de todo el recinto, de 40.000 metros cuadrados, diseñada como una gran malla de triángulos que proporcionan luz cenital al interior.
Espacios de la estación intermodal
La zona de andenes para el ferrocarril se caracteriza por la diafanidad y la enorme superficie cerrada sin recurrir a apoyos. El protagonismo de la cubierta queda potenciado por la fuerza, convenientemente matizada, de la luz natural que penetra por ella.
Los vestíbulos principales se sitúan en ambos extremos de la estación, diferenciándose funcionalmente según las necesidades del viajero. El de salidas incorpora una mayor dotación de equipamientos y servicios que se integran de manera yuxtapuesta a la propia arquitectura de la estación. Un tercer vestíbulo, el “tránsfer”, actúa como interconector bajo las vías.
La cubierta es una de las grandes protagonistas de la estación “Zaragoza-Delicias”. Además de por la enorme superficie que cubre, lo es también por su originalidad de planteamiento y por la característica luz que distribuye en el interior de la estación.
En esencia se basa en una gran malla formada por triángulos de disposición “piramidal” que alternan la superficie acristalada con la opaca.
La fachada norte corresponde a la más abierta y la más articulada de la estación. Es la zona donde se ubican las instalaciones hoteleras y, en su parte inferior, la estación de autobuses. Aunque tendente, como el conjunto de la estación, a la horizontalidad y la sobriedad, destaca por el diseño que logra romper con la monotonía formal. Este frente se abre hacia la zona de expansión urbana nacida a raíz de la exposición de 2008 a partir del Puente del Tercer Milenio.
La fachada sur actúa como frente hacia la avenida de Navarra, la principal vía de acceso desde el centro de la ciudad. Sobresale por la compacidad formal rota sólo por la amplia superficie acristalada que ilumina lateralmente los andenes ferroviarios.
Uno de los grandes aciertos del diseño de la estación reside en haber sabido conservar e integrar la antigua estación ferroviaria de la línea de Caminreal, proyectada en los años 30 por Luis Gutiérrez Soto.