LORENZO MONCLÚS RAMÍREZ. 1938. CERVANTES, 25-27
En la peor de las circunstancias imaginables, con la ciudad sumida en la violencia y la incertidumbre de la guerra civil, se construye este edificio de viviendas, ejemplo de buen hacer arquitectónico.
Su autor, Lorenzo Monclús Ramírez, había obtenido el título de arquitecto apenas unos meses antes del inicio de la guerra civil, y se ve obligado a iniciar su andadura profesional en unas condiciones de penuria económica y falta de iniciativa constructiva evidentes. Pese a ello en el año 1938 proyecta dos edificios más que notables: los “Almacenes San Pedro”, en el número 4 del paseo de la Independencia, y este edificios de viviendas de la calle Cervantes.
Demostrando una gran versatilidad de su autor, ambos son proyectos muy diferentes. Mientras que en el del paseo de la Independencia, sin duda condicionado por el entorno y los nuevos gustos de la arquitectura oficial, es evidente una estética más grandilocuente, en el de la calle de Cervantes se mantienen vivos los principios de la arquitectura más avanzada de la República.
Un ejemplo de buena arquitectura
Condicionado por la estrechez del solar, el arquitecto opta por una solución de patio exterior de manera que el frente del edificio gana espacio para iluminación de las viviendas. Con una aparente economía de recursos formales, Monclús articula la fachada utilizando las esquinas en curva y la alternancia de ventanas y balcones. A ello une un uso del color al estilo de las propuestas racionalistas, de manera que la monotonía o dureza visual que podría venir condicionada por la solución del patio da lugar unos volúmenes fluidos, con variedad de soluciones a cada parte de la fachada y un evidente gusto por el detalle.
El resultado es un ejemplo de buena arquitectura que, además, sabe dar respuesta a los problemas que el contexto urbano le plantea. Un edificio que apuesta por una solución, la del patio exterior, pocas veces adoptada en la ciudad, y siempre en los casos anteriores llevada a cabo por arquitectos foráneos. Formalmente, sus referencias a la arquitectura racionalista se resuelven con gran dignidad por su adecuación a la solución de los condicionantes del proyecto y su decisión en un momento en el que los vientos que soplaban en el mundo de la arquitectura iban claramente en otra dirección.
(Fotografías: Docomomo)