JOSÉ BOROBIO OJEDA y REGINO BOROBIO OJEDA. 1944. SAN JUAN DE LA CRUZ, 8
El convento e iglesia de los Carmelitas Descalzos se construyó como consecuencia de las vicisitudes sufridas por el conjunto constructivo levantado para la orden en el año 1929 según diseño de Secundino Zuazo en la calle Andrés Piquer. Además de los problemas que conllevó su construcción, la guerra civil hizo que el edificio pasara a ser en primer lugar cuartel de transmisiones y, posteriormente, colegio de La Salle.
Como resultado de todo ello, los Carmelitas Descalzos se trasladaron a un solar muy próximo al inicial, en la calle de San Juan de la Cruz. El proyecto en esta ocasión correspondió al estudio de los Borobio que en aquel momento apostaba fuertemente por la vuelta a una arquitectura tradicional.
El convento de los Carmelitas Descalzos se construye enteramente en ladrillo. Destaca en él la fuerte presencia del templo en el que resulta evidente la inspiración en las formas barrocas que tanto protagonismo tienen en la arquitectura religiosa local. La articulación entre las dependencias conventuales y las parroquiales son especialmente interesantes por su dinamismo y complejidad.
La arquitectura religiosa de Regino y José Borobio fue amplia y variada, decantándose en el periodo de la primera posguerra por esta línea historicista de inspiración local en obras como el convento de Jerusalem de las Hermanas Clarisas (1940) y el convento de las hijas de Santa Ana y Tienda Económica (1941) además, por supuesto, de este convento e iglesia de los Carmelitas Descalzos.