LUIS LAORGA GUTIÉRREZ y JOSÉ LÓPEZ ZANÓN. 1957. URBANIZACIÓN TORRES DE SAN LAMBERTO
El poblado americano
La firma de los acuerdos de 1953 con los Estados Unidos llevó aparejada la construcción de una serie de bases militares y, en consecuencia, de viviendas para los soldados y oficiales americanos que sirvieran en las citadas instalaciones.
Una de las ciudades afectadas fue Zaragoza, donde se decidió crear una urbanización, inicialmente denominada “poblado americano” que se levantaría en terrenos próximos a la unión entre la nueva carretera del aeropuerto (y, por tanto, de la base americana) con la de Logroño. El concurso para su construcción lo realizó el “Grupo Militar Conjunto Hispano-Americano” y era común a otras localidades (como Torrejón de Ardoz) con obras previstas del mismo tipo.
El concurso fue ganado en 1957 por el proyecto de los arquitectos Luis Laorga Gutitérrez y José López Zanón, supervisado por el norteamericano Ernest Joseph Kump, un arquitecto afincado en California y vinculado a trabajos para el gobierno y el ejército de los Estados Unidos.
La periferia americana transplantada a Zaragoza
El “poblado americano”, que con el tiempo pasaría a denominarse oficialmente Urbanización Torres de San Lamberto, incluye 42 edificios para un total de 158 viviendas. Entre ellos hay dos modelos básicos (con variaciones hasta suponer ocho tipos distintos): el primero consiste en edificios que agrupan cuatro viviendas, y estaba destinado a soldados y suboficiales; el segundo, de viviendas unifamiliares de una o dos plantas, era el que habían de ocupar las familias de los oficiales de mayor graduación.
Urbanísticamente, el “poblado americano” se concibe al modo de las zonas residenciales de la periferia de las ciudades norteamericanas, con las viviendas rodeadas de un amplio espacio verde abierto hacia la calle. El conjunto se dispone en forma semicircular al adoptarse como eje la calle de Fray Benito Feijoo, de trazado curvo que nace y desemboca en la carretera de Logroño.
También formal, técnica y materialmente, los edificios del “poblado americano” responden a un modelo estadounidense ajeno por completo a la tradición local. El resultado, sin embargo, será un ejemplo de urbanización que, con el paso del tiempo y las oportunas modificaciones y adaptaciones al entorno y el clima, tendrá cierta influencia en otras urbanizaciones zaragozanas posteriores.
Una nueva época en el horizonte
El “poblado americano” será en un principio una rareza en el contexto arquitectónico y, por supuesto, en el de la tipología de viviendas unifamiliares de Zaragoza.
La vivienda única, de autor y propietario, situada en las señoriales zonas de Ruiseñores o Sagasta, comienza a ser sustituida con el “poblado americano” por casas estandarizadas, despersonalizadas y agrupadas en urbanizaciones localizadas en áreas periféricas de mucho menor valor.
Las últimas décadas del siglo XX verán el éxito, adaptado y menos “confiado”, de este tipo de urbanizaciones que proliferarán en los aledaños de la ciudad.
(Fotografía: Juan Pando)