Delegación del Instituto Nacional de Previsión y de Trabajo

FERNANDO GARCÍA MERCADAL. 1962. DOCTOR FLÉMING, 4

En 1962, Fernando García Mercadal firmó el proyecto de dos construcciones para el Instituto Nacional de Previsión que, aunque exentas, habían de formar un conjunto constructivo cohesionado por los jardines: son la sede de la delegación provincial del citado Instituto y un ambulatorio.

El primero de ellos, la Delegación del Instituto Nacional de Previsión y de Trabajo, supone un avance en el ámbito de la arquitectura administrativa pública zaragozana tanto desde el punto de vista formal como en el del tratamiento del espacio interno, de trabajo y de atención al público.

Se trata de un edificio rotundo, casi monumental que, como ocurre con otras obras del periodo, ha sido valorado como un paso atrás en la producción de García Mercadal, al alejarse de los postulados del racionalismo. Sin embargo, el edificio no está, exento de valor, tanto por su adecuada implantación en el ángulo conformado por el paseo de María Agustín y la calle de Doctor Fléming, como por el potente juego de volúmenes que transmiten al exterior las funciones internas de administración y de circulaciones. Especialmente interesantes son las fachadas longitudinales, como la de la calle Doctor Fleming, diáfana, moderna y con un uso de los materiales sincero y animado por notas de color.

El espacio interior

En su planteamiento inicial -posteriormente desvirtuado- García Mercadal lleva a cabo un desarrollo tripartito del espacio interior, articulando con otros tantos accesos, el ingreso prioritario hacia el patio de atención al público y las circulaciones de trabajo interno.

Como ocurre en el exterior, el uso del color y los materiales de cierta vistosidad no son óbice para apreciar que lo esencial del diseño apuesta por la funcionalidad. Aunque se mantienen los despachos y las oficinas para los puestos laborales de mando y ejecutivos, los espacios para las labores administrativas y de atención al público son diáfanos, sin divisiones fijas, lo que facilita su modificación o división únicamente mediante el mobiliario.

Este modelo abierto de planta administrativa se había probado en décadas anteriores aunque venía siendo formulado de una manera más estructurada desde el final de la II Guerra Mundial. Se muestra como una propuesta no sólo más flexible, sino también más operativa por cuanto permitía el mejor control laboral del personal adscrito a las dependencias y, al mismo tiempo, más accesible y “transparente” para el público.

(Fotografias: Gerardo Sancho Ramo, Ayuntamiento de Zaragoza)

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