Gómez Laguna, 45-55

LUIS FRANCO LAHOZ, JOSÉ MARÍA LAHUERTA CASANOVA y MARIANO PEMÁN GAVÍN. 1999. GÓMEZ LAGUNA, 45-55

El final del siglo XX coincide, aproximadamente, con la transformación de la Vía de la Hispanidad de lo que fue el antiguo “enlace de carreteras” a vía urbana. A la vez, la avenida de Gómez Laguna se prolonga para dar salida hacia las nuevas expansiones de la ciudad hacia el sur: La Floresta, Montecanal, Valdespartera… De esta manera, el punto de unión de Hispanidad con Gómez Laguna adquiere una singular relevancia tanto desde el punto de vista de la trama urbana como desde el puramente visual, puesto que actuará como “puerta de entrada” desde las áreas de expansión hacia la ciudad consolidada.

Desde la perspectiva puramente urbanística, el solar donde se levantan los bloques de viviendas de Gómez Laguna 45-55, corresponden al flanco sur del Polígono Universidad, cuyo plan fue aprobado en 1975, en el que precisamente la avenida de Gómez Laguna actúa como principal eje vertebrador.

El citado plan trata de ordenar una zona que había crecido sin excesivo control en la periferia zaragozana desde los años 50, con actuaciones aisladas. Para ello se propone una presencia significativa de espacios verdes y de dotaciones, en contraste con una edificación en altura mucho más desarrollada que en otros puntos de la ciudad, hasta llegar a las 11 plantas más baja.

Los edificios de Gómez Laguna 45-55 se adscriben a esta planificación, concibiéndose como bloques lineales de gran altura con amplios espacios libres entre ellos. La manera en que se proyectan en altura, sobre todo con el diferenciado tratamiento del ángulo del bloque más próximo a la Vía de la Hispanidad, hace que visualmente respondan con más facilidad al concepto de torres adosadas, cuyo frente singulariza uno de los principales accesos viarios hacia el centro histórico.

Generosidad formal

Lejos de la práctica consistente en la repetición modular de la planta de la vivienda hasta dar como resultado fachadas reiterativas y monótonas, los bloques de Gómez Laguna 45-55 atraen por la riqueza formal y de diseño.

A partir de la idea común de desarrollo en altura, cada uno de los bloques adopta soluciones diferentes en su planteamiento. Las fachadas interactúan con el espacio urbano al que se enfrentan, ya sea una vía de circulación rápida o ya se trate de una zona peatonal privada.

Los materiales y el uso del color también ayudan a evitar una hipotética caída en la monotonía demasiado frecuente en el entorno más próximo, en el que el ladrillo a cara vista y la solución en retícula de las fachadas son predominantes.

Las soluciones en planta

Los diseños de planta de los edificios de Gómez Laguna 45-55 permiten apreciar una ordenación clara y rigurosa tanto de los espacios de distribución como de las viviendas que, en definitiva, explican la resolución que adquieren ambos bloques en fachada.

Todas las viviendas, de entre dos y cuatro dormitorios, más salón, cocina y baño, tienen todas las estancias abiertas al exterior, evitándose los patios interiores. Entre ambos bloques existen, eso sí, claras diferencias justificadas, entre otros motivos, por la voluntad de volcar preferentemente las viviendas hacia el espacio privado que queda entre ambos edificios.

El trazado angular de algunos de los balcones, muy presentes en ambas construcciones, ayudan a animar la presencia de las fachadas en sus cuatro frentes principales.

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