JOSÉ MANUEL PÉREZ LATORRE. 1998. COSO, 80
La última década del siglo XX y los años inmediatamente anteriores a la celebración de la Exposición Internacional del año 2008 fueron de una importante creación de plazas hoteleras en la ciudad de Zaragoza. No sólo la preparación de la muestra explica esta situación. También existen otros factores como la creciente demanda por parte de un mercado muy activo o el hecho que el hotel sea un “producto” cada vez al alcance de más españoles.
De los hoteles construidos en los años 90 el más interesante es el hotel “Reino de Aragón”, proyectado por José Manuel Pérez Latorre en 1998 y construido en el número 80 del Coso. Como en tantas otras obras del autor, llama la atención la potencia visual del edificio basada en factores diversos como la acertada resolución escalonada de la esquina, el espectacular remate de la fachada principal, la utilización de elementos formales como las pilastras que la recorren en altura o el color y textura de la piedra utilizada en su revestimiento.
El hotel “Reino de Aragón” es un magnífico ejemplo de arquitectura que pone broche a la evolución de la arquitectura hotelera de la ciudad de Zaragoza en el siglo XX de manera realmente brillante. A pocos metros del lugar donde se levantaron algunos de los primeros hoteles como el “Europa” o el “Universo y Cuatro Naciones”, ejemplifica el enorme salto de calidad arquitectónica que se da.
Nuevas respuestas a nuevas exigencias
El cliente habitual de los establecimientos hoteleros de los últimos años del siglo XX es muy diferente al de épocas anteriores y la respuesta que necesita para lograr su satisfacción también lo es.
Aparecen conceptos nuevos como la “exclusividad”, el “encanto” o el “diseño”, que no existían en otros momentos. Frente a los grandes hoteles de antaño ahora es preciso diversificar la ubicación y el nivel de servicios de los distintos hoteles, por lo que las cadenas construirán locales de menor tamaño pero con un objetivo de mercado más concreto.
En el caso del hotel “Reino de Aragón”, se plantea como un hotel de tamaño medio, con 117 habitaciones. Se sitúa en pleno centro de la ciudad y está pensado para un cliente más de ocio que de negocios. En consecuencia, la funcionalidad y el confort de las instalaciones interiores vienen acompañados de un diseño muy estudiado a fin de dotar de ambientes diferentes (descanso, trabajo o diversión) a las distintas zonas del hotel.