FÉLIX NAVARRO PÉREZ. 1903. PASEO DE SAGASTA / LAGASCA
En 1903 el prestigioso médico y cirujano Ricardo Lozano Monzón, catedrático de la Facultad de Medicina, decidió construir un edificio para clínica particular en la calle de Lagasca angular al paseo de Sagasta. En los últimos años había viajado mucho conociendo los mejores hospitales de Europa y sus instalaciones, especialmente los quirófanos. Era ya un profesional muy reconocido en el continente por sus conocimientos en cirugía torácica y craneal y la utilización de la asepsia (fue el primer cirujano del mundo en realizar cirugía directa de aneurismas de aorta abdominal).
La intención era que la nueva clínica fuera una referencia internacional por la calidad de sus tratamientos. Para ello encargó el proyecto al arquitecto Félix Navarro Pérez, pero el propio Ricardo Lozano se encargaría de marcar las pautas para su diseño, distribución e instalaciones. El resultado fue un edificio exento de cinco plantas. El sótano y el desván contendrían las instalaciones auxiliares: cocina, vivienda del conserje, secadero de ropa… En la planta calle, con acceso desde la calle de Lagasca, el consultorio para las visitas médicas y el oratorio; el primer piso, las estancias para el doctor Lozano y sus colaboradores; el segundo se utilizó para los dos quirófanos y las habitaciones para los pacientes ingresados.
Los quirófanos se dispusieron en sendas galerías acristaladas voladas sobre el jardín. De esta manera se aprovechaba al máximo la luz natural en un recurso bastante habitual en la época.
La ampliación y reforma de Manuel del Busto
En 1916 Manuel del Busto llevó a cabo la ampliación y reforma de la clínica del doctor Lozano, introduciendo importantes modificaciones no sólo estéticas sino, sobre todo, prácticas en especial en la zona de los quirófanos que sufrieron una importante transformación.