Cinema Alhambra

MIGUEL ÁNGEL NAVARRO PÉREZ. 1911. PASEO DE LA INDEPENDENCIA, 26

El creciente éxito popular del cinematógrafo hizo que en la segunda década del siglo XX se pusieran en marcha o reformaran nuevas salas en Zaragoza. Las principales diferencias entre estos cines y los pioneros de la década anterior fueron su aforo, un programa algo más complejo y la rápida evolución de los medios técnicos.

El primer gran cine de la ciudad fue el “Alhambra”. Estaba situado en la trasera del número 28 del paseo de la Independencia aunque el acceso se realizaba a través de un pasadizo que arrancaba del número 26.

El proyecto fue inicialmente encargado a Félix Navarro Pérez, pero su muerte hizo que del diseño final y de la construcción se encargara su hijo, Miguel Ángel Navarro Pérez que en aquel momento se encontraba terminando sus estudios de arquitectura en Barcelona.

La inauguración del cinema “Alhambra» tuvo lugar el 6 de octubre de 1911.

Las instalaciones

El “Alhambra” contaba en el momento de su apertura con una capacidad total de 850 espectadores, cifra que contrasta con la habitual de unos 300 usuarios para los cines zaragozanos de la primera década del siglo. Además de la sala de proyección, el “Alhambra” incorporaba la novedad de una serie de salas de espera (tanto cubiertas como en un jardín anexo) y un ambigú al que se podía acceder al margen de las proyecciones.

En lo que sí que había una continuidad con los primeros cines estables era la división de los espectadores en dos categorías: general y preferencia. Los primeros se situaban en la zona de la sala más próxima a la pantalla y se sentaban en bancos. Los segundos se localizaban en la parte posterior, con el suelo convenientemente inclinado para facilitar la visión, y disponían de butacas de madera. Entre ambas zonas había una cancela de separación.

En la zona de la pantalla estaba colocado el inevitable piano que (junto al narrador) acompañaba y animaba las sesiones, y un espacio para la orquesta.

Además, el “Alhambra” contó desde muy pronto con sistemas de calefacción, ventilación, seguridad, proyección y acústica novedosos para la época.

Cuestión de estilo

Uno de los aspectos que más llamó la atención en su momento del cinema “Alhambra” fue la abigarrada y esperable decoración neonazarí de su sala. Con ella se rompía con el estilo que hasta entonces había predominado en los primeros cines de la ciudad, el Modernismo, y se abría un proceso en el cual cada nuevo cine trataría de sorprender a los potenciales clientes por la originalidad y espectacularidad de la ornamentación de sus instalaciones.

Cine y algo más

Aunque en principio fue concebido como sala cinematografica, el “Alhambra” podía adecuarse para ofrecer pequeños conciertos y aun actuaciones dramáticas menores. De hecho, cuando comenzó su crisis comercial, sus propietarios recurrieron a este tipo de representaciones.

Desde sus inicios, la arquitectura del cine se debatió entre dos posibilidades diferentes: una tipología exclusiva para proyecciones u otra en la que un pequeño escenario permitiera un acercamiento a la funcionalidad teatral.

(Fotografias: El desván de Rafael Castillejo)

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Un comentario en “Cinema Alhambra

  1. Ya conocía estas imágenes, pero nunca dejan de maravillar. ¿ Cómo se pudo destruir esto? ( creo que fue en los años 60) qué barbaridad. Aunque le hubieran cambiado el uso, tenían que haber conservado la decoración. ¿ Y no se conservó ningún elemento de todo ese caudal ornamental que lo componía’? ¿ Todo piqueteado sin conmiseración alguna? Hay alguna leyenda urbana que dice que todavía se conserva oculto en los antiguos cines Aragón de el Caracol. Ojalá hubiera sido así, pero me da que es imposible.

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