FRANCISCO RIESTRA LIMESES. 1956. ISABEL LA CATÓLICA, 4

En los años 30, el fútbol comenzaba a apuntar como el gran espectáculo de masas que terminaría por convertirse en las décadas siguientes. En 1932 se creó el Real Zaragoza como resultado de la fusión de dos veteranos clubes de la ciudad, el Iberia Sport Club y el Zaragoza Club Deportivo. Su primer campo fue el del popular barrio de Torrero.

Recién terminada la guerra civil, el alcalde de la ciudad, Francisco Caballero, entendiendo la creciente importancia del fútbol como fenómeno social y la necesidad de recintos de gran capacidad para que los clubes pudieran ser competitivos y saneados, empezó a planear la posibilidad de construir un nuevo estadio con más capacidad.

Tras un largo proceso, en 1954 el Real Zaragoza vendió el campo de Torrero y el Ayuntamiento, presidido por Luis Gómez Laguna, comenzó los trámites para la construcción de un nuevo estadio, esta vez de propiedad municipal. Tras barajarse diferentes opciones, el lugar elegido para la construcción fue un solar próximo a la Residencia Sanitaria «José Antonio» y a la Feria de Muestras, junto a la avenida de Isabel la Católica. Se trataba de un espacio en plena expansión urbana en la zona de ensanche de Miralbueno.

El proyecto del nuevo estadio corrió a cargo de Francisco Riestra Limases, un arquitecto afincado en Madrid y muy vinculado a la Obra Sindical del Hogar y de la Arquitectura, y a la Compañía Telefónica de España. La dirección de los trabajos a partir del proyecto de Francisco Riestra corrió a cargo del arquitecto local José Beltrán Navarro.

Uno de los aspectos más discutidos del nuevo estadio fue el de su denominación. Aunque la opinión pública (manifestada a través de algún medio de comunicación) se decantó por el nombre de Estadio de Miralbueno, finalmente el Ayuntamiento optó por el de Estadio de la Romareda propio del lugar en el que se levantó. Aunque el género femenino de la denominación no fue bien acogido en un primer momento, pronto fue aceptado por la afición del club.

La inauguración del nuevo estadio tuvo lugar el 8 de septiembre de 1957 con un encuentro de fútbol entre el Real Zaragoza y el Club Atlético Osasuna.

(Fotografías: Gran Archivo Zaragoza Antigua)