ANTONIO MERLO GARCÍA DE PRUNEDA. 1934. PLAZA DE LOS SITIOS, 7
Cuando la vieja sede de la Delegación de Hacienda de Zaragoza situada en la plaza del Pilar quedó obsoleta, el lugar elegido para construir la nueva delegación fue la plaza de los Sitios, en aquel momento (primera mitad del siglo XX) en plena consolidación como punto neurálgico del ensanche burgués de la ciudad.
La plaza se fue configurando, a partir de los difíciles momentos que siguieron a la clausura de la Exposición Hispano-Francesa de 1908, como un espacio ideal para las sedes de diferentes instituciones: Museo Provincial, Escuela de Artes y Oficios, Colegio Gascón y Marín, Delegación de la Cruz Roja…, y bloques de viviendas destinadas a las clases adineradas de la ciudad que en torno a la plaza y las calles que daban a ella, iban a encontrar un espacio desahogado, generosamente ajardinado y de nueva urbanización.
No resulta extraña, por tanto, la decisión de Hacienda para la construcción de su nueva sede en el solar entre las calles de Mefisto y Canalejas, y con acceso por el chaflán correspondiente al número 7 de la plaza de Los Sitios.
El proceso de su proyección fue complejo y participaron diferentes arquitectos: Bruno Farina, José Descartín y, finalmente, el verdadero autor del proyecto: Antonio Merlo García de Pruneda.
De origen gallero, Antonio Merlo desarrolló la mayor parte de su carrera en Andalucía. A mediados de los años 20 obtuvo la plaza de Arquitecto Jefe del Catastro de la provincia de Zaragoza, cargo que ostentó hasta fechas próximas al inicio de la guerra civil y por el que recibió el encargo de este proyecto.
Antonio Merlo plantea un edificio correcto y moderno, aunque sin excesivos elementos llamativos de interés. Huye de cualquier referencia historicista (como era habitual en muchos de estos proyectos en los años 20 y 30) y sigue una línea similar a la de otros arquitectos locales como Pascual Bravo Sanfeliu o Regino Borobio (quien pocos años antes había construido la sede de la Cámara de la Propiedad Urbana a escasos metros de esta Delegación de Hacienda).
En su contención formal, Antonio Merlo recurre al uso variado de los materiales de la fachada y a un diseño de los vanos adintelados entre los que llaman la atención los guarnecidos de las ventanas de las calles laterales que parecen querer recordar los trazos en longueur.
Como casi siempre en este tipo de emplazamientos, el chaflán merece una atención diferenciada. Sin caer en un ejercicio ornamental más marcado, el diferente uso de los materiales (el ladrillo aquí pierde importancia) si que indica una cierta jerarquización. Para potenciar la presencia del inmueble en el contexto de la plaza, Merlo recurre a unos trazos mucho más verticales que logra, sobre todo, gracias a la disposición de los diferentes materiales y al uso del color.
El acceso principal es una muestra más de la contención con la que el arquitecto concibe el edificio. La generosa puerta adintelada no pierde su discreción pese al guarnecido de las jambas y el dintel, quedando bien integrada en el aplantillado que recorre y unifica toda la planta calle del inmueble.
(Fotografía: C. Bohanna)