TEODORO RÍOS BALAGUER. 1939. ALLUÉ SALVADOR, 9
Los hermanos José y Joaquín Albareda Piazuelo fueron dos importantes figuras del mundo del arte zaragozano durante las décadas centrales del siglo XX. Ambos mantuvieron el taller familiar de imaginería religiosa en el que elaborarían algunas piezas muy conocidas de las festividades locales, especialmente de la procesión del Santo Entierro.
En 1939, Teodoro Ríos proyecta para ellos este estudio taller concebido casi como un pequeño capricho historicista, en el que se reinterpreta la arquitectura más castiza de la tradición local.
En su costumbrismo, la fachada del taller se construye casi totalmente en ladrillo (a excepción de pequeño zócalo y las jambas y arco de la puerta de acceso). La entrada se lleva a cabo a través de un vano en arco apuntado con tímpano. Junto a ella, la única ventana llama la atención por un trabajo de rejería de detalles goticistas.
En el nivel superior, la inevitable galería de arquillos enmarcados mediante alfiz y, como remate, un generoso rafe.
La influencia histórica fue frecuente en la obra de Teodoro Ríos, un arquitecto que conocía muy bien el pasado constructivo local como consecuencia de su vertiente restauradora. Sin embargo, sólo en el diseño original de la Imprenta Blasco (de 1921) esa influencia había llegado a alcanzar los niveles del estudio de los hermanos Albareda. Está claro que hubo de influir en ello la decisión de los propietarios del inmueble que, quizás, de esta manera quisieron darle un marco adecuado a un trabajo tan tradicional, tanto en la forma como en el contenido, como el que llevaban a cabo.