BASILIO TOBÍAS PINTRE. 1992. MENÉNDEZ PELAYO, 34
En la década de los años 90 la Universidad de Zaragoza lleva a cabo un ambicioso programa de renovación arquitectónica y de servicios como consecuencia de la cada vez manifiesta insuficiencia y envejecimiento de las instalaciones originales iniciadas en los años 30. En este proceso destaca la figura de Basilio Tobías Pintre que lleva a cabo una obra amplia, coherente y profundamente renovadora del campus de la plaza de San Francisco y de construcción en el campus politécnico del ACTUR.
Uno de los aspectos en los que se manifestaba de manera más patente la vetustez de las viejas instalaciones era el ámbito deportivo. Para dar respuesta a las nuevas necesidades, tanto en lo cuantitativo como en cuanto a los usos renovados desde el punto de vista estrictamente educativo, Basilio Tobías proyecta en 1992 el Pabellón polideportivo universitario.
El inmueble resume buena parte de las virtudes del conjunto de edificios universitarios del arquitecto, así como de otros proyectos próximos en el tiempo como el Pabellón Multiusos de la Romareda.
El elemento central del pabellón es la pista polideportiva capaz tanto para competiciones como, oportunamente compartimentada en tres espacios independientes, para entrenamientos o actividades formativas. Para adecuar esta compartimentación, el autor dispone una cubierta en dientes de sierra con ventanales que iluminan la pista desde el norte.
En torno a la pista se disponen un amplio conjunto de espacios que van desde los dos gimnasios, despachos, oficinas, aula de observación o cafetería, entre otros.
El conjunto se dispone sobre un terreno con diferentes cotas que Basilio Tobías aprovecha para dar diferentes alturas a estos espacios con soluciones de interés como el patio inglés que ilumina uno de los gimnasios situados en el nivel inferior.
(Fotografías: web del arquitecto)