JULIO BRAVO FOLCH. 1910. INDEPENDENCIA, 16

El edificio fue proyectado por Julio Bravo para residencia urbana de uno de los principales empresarios y prohombres zaragozanos de comienzos del siglo XX: Santiago Baselga.

En un momento en el que la alta burguesía zaragozana apuesta con frecuencia por viviendas en las zonas de los paseos de Sagasta o de Ruiseñores, este es uno de los ejemplos más interesantes de residencia, a modo de palacete, en la ciudad consolidada y, más en concreto, en pleno centro del paseo de la Independencia, cada vez más convertida en la principal arteria ciudadana.

El inmueble, concebido a modo de palacete, contrasta por sus relativamente modestas proporciones con las construcciones de su entorno. Así, consta de tres alturas alzadas sobre el sistemático porche con arcos de medio punto del paseo.

También en el contexto de la obra de su autor se trata de una obra relativamente original, vinculada a otros proyectos singulares como la ampliación de la casa de Orencio Castellano, pero alejada de otros edificios residenciales como los de Manifestación, 16 o San Jorge, 3.

En este caso, Julio Bravo se decanta por un eclecticismo más clasicista, sin referencia alguna a motivos de recuerdo modernista presentes en trabajos de los años anteriores. También llama la atención la desaparición del ladrillo a cara vista que tan abundante resulta en otros proyectos.

En el exterior del inmueble destaca la fachada al paseo, compuesta con habilidad, aprovechando el vuelo que le proporcionan los porches, y jugando con los balcones y miradores para animar el conjunto. En el piso principal el mirador pareado se sitúa en el centro flanqueado por balcones abalaustrados con esbeltas ménsulas. Los dos pisos superiores invierten la articulación de los vanos, centrando los balcones (ahora de diseño más simple) y disponiendo los miradores generosamente acristalados, en los laterales. Estos miradores se coronan con frontones curvos que potencian el tratamiento de inspiración contenidamente clasicista del remate.