ENRIQUE DELSO CALAVIA. 1967. PASEO DE RUISEÑORES, 14
Desde finales del siglo XIX el paseo de Ruiseñores y su entorno es uno de los espacios más atractivos para la residencia suburbana de alto nivel económico. A partir de esta época se construyen un buen número de preciosos chalets más o menos próximos a la estética modernista que confieren a la zona un carácter muy pintoresco.
El proceso de construcción no se detendrá durante los años 20 y 30 y continúan levantándose excelentes edificios que reflejan las diferentes tendencias y corrientes arquitectónicas, pero que siguen manteniendo la vivienda unifamiliar como tipología predominante del paseo.
En los años 60 el escenario cambia radicalmente. El paseo de Ruiseñores sigue manteniendo su atractivo, las comunicaciones con el centro de la ciudad mejoran y el valor de los terrenos, en plena expansión urbana, se disparan. Por si fuera poco, los viejos chalets de antaño se encuentran en proceso de degradación como consecuencia del abandono de cuidados al que, con frecuencia, se han visto sometidos. Como consecuencia se produce un proceso de derribo de las viviendas unifamiliares por nuevos bloques de viviendas colectivas de muy diferente condición arquitectónica. El resultado es la lamentable e irreparable desaparición de uno de los conjuntos patrimoniales más interesantes de comienzos del siglo XX en la ciudad.
Entre las nuevas construcciones no faltan, por fortuna, las que poseen un indudable interés como ejemplos de la arquitectura más característica del tercer cuarto del siglo. Pionero fue, en este sentido, el edificio de viviendas que José de Yarza García proyectó en el número 23 del paseo en el año 1964.
Pero si un edificio llamó la atención en su momento y se convirtió en un símbolo de la transformación del paseo fue el conocido como Edificio Ruiseñores proyectado por el arquitecto navarro Enrique Delso Calavia en 1967.
Frente a la contención del inmueble de Yarza, lo primero que llama la atención del Edificio Ruiseñores es su fuerte presencia, su volumen y desarrollo en altura. Es un edificio que remite a la arquitectura residencial urbana, pero que rompe con la escala de su entorno.
El Edificio Ruiseñores se plantea, como es tan habitual en este tipo de grandes proyectos de viviendas colectivas, con un programa complejo. Así, las amplias viviendas, venían acompañadas de espacios comunes para los vecinos, incluyendo club social con cafetería, zona de juegos, capilla y piscina con solarium en una de terrazas. Todo en el edificio buscaba tener el máximo atractivo para los zaragozanos que decidieran abandonar el centro urbano y trasladarse a esta zona más periférica sin dejar de disponer del máximo de comodidades.
Pese a su volumen, el edificio hace una propuesta de adaptación al paseo mediante su fachada suavemente cóncava que, además de redundar en el trazo viario curvo, le confieren una gran plasticidad. Los detalles, como el singular acceso a través de un puente japonés, el uso de una fuerte policromía en el remate o el diseño exclusivo de muchos de los elementos de las viviendas, fueron otros de los elementos que le confirieron el carácter singular que sigue manteniendo en la actualidad y que le hicieron ganar en su momento el premio del Colegio de Arquitectos de Aragón.
(Fotografías: arquitecto)
De este arquitecto me gusta el eclecticismo brutalista y el expresionismo de la iglesia de San Francisco. Lástima que no esté exenta para su mejor contemplación. Y de este edificio lo que más nos llamaba la atención a las alumnas de un cercano instituto era el estanque de los peces, con unos peces de colores preciosos.. ¿ Y en el solar de este edificio qué había antes?
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