RICARDO MAGDALENA TABUENCA. 1900. PLAZA DE LA MAGDALENA
Los orígenes de la Universidad de Zaragoza en la plaza de la Magdalena se remontan a la segunda mitad del siglo XVI. Ya en época contemporánea, en 1849 Narciso Colomer y Pascual proyectó una amplia reforma que sería la que le daría forma hasta finales del XIX.
En octubre de 1900 el arquitecto municipal, Ricardo Magdalena Tabuenca, firmó un nuevo proyecto de reforma que incluía la intervención en la biblioteca, paraninfo, cátedras, despachos, vestíbulo, escalera noble y fachada principal hacia la plaza de la Magdalena (las laterales quedaron según el diseño de Narciso Colomer).
Ricardo Magdalena había proyectado en 1886 el nuevo edificio de las facultades de Medicina y Ciencias de la plaza de Paraíso que venía a suponer una de sus grandes obras, la primera ampliación de magnitud de las instalaciones universitarias y, sobre todo, la identificación de la institución universitaria con el pasado histórico a través de una reinterpretación de calidad de la arquitectura local en pleno éxito de los lenguajes regionalistas.
La actuación de la plaza de la Magdalena está emparentada con la de las Facultades de Medicina y Ciencias. La escala, la ambición de la intervención y el propio hecho de tratarse de una reforma y no una actuación de nueva planta son, por supuesto, factores que restan importancia en esta comparación al edificio de la Universidad Literaria. Sin embargo, la reinterpretación de la tradición constructiva local como fuente de inspiración, el orden y la claridad compositiva, la valoración del uso del ladrillo como material constructivo, el cuidado de los detalles…, son elementos que permiten hablar de una relación clara entre ambas obras.
Las Facultades de Medicina y Ciencias, esta reforma de la Universidad Literaria, el Museo Provincial…, son proyectos que dejan constancia de un Ricardo Magdalena que debe ser considerado como el profesional zaragozano más convincente en la búsqueda de una arquitectura aragonesista.
El elemento más conocido de la reforma de Ricardo Magdalena es la fachada principal hacia la plaza. Como corresponde a un arquitecto de formación tan académica como Ricardo Magdalena, era simétrica, clara y ordenada. Centrada por el cuerpo ligeramente avanzado de triple pórtico de acceso, concentraba en este la mayor parte de los elementos ornamentales: decoración en las importas y clave, balconada (de nuevo triple) con balaustradas, decoración heráldica y remate en crestería.
A ambos lados de la fachada de nuevo se repetía la composición tripartita. El tratamiento era algo más ligero tanto en los arcos (siempre de medio punto como corresponde a la inspiración histórica local) como en los paramentos. Los finos frisos que recorrían ambos laterales ayudaban a animar aún más una fachada de indudable riqueza formal.
En el interior llamaba especialmente la atención la escalinata monumental a la que Magdalena supo dotar de una prestancia indudable. Bien implantada, en ella dominan los elementos clasicistas no exentos de detalles muy personales del arquitecto, que la situaban a medio camino entre la del edificio de las Facultades de Medicina y Ciencias y la del Museo Provincial de Bellas Artes que el propio Magdalena diseñaría en 1907 en la plaza de los Sitios.
La obra de Ricardo Magdalena tiene una gran importancia en la definición de la arquitectura zaragozana de la transición entre los siglos XIX y XX. Este hecho junto a lo relativamente escaso de su producción, convierte al derribo de la Universidad Literaria (que culminaría en 1973 con el de la capilla de Cerbuna) en un eslabón más de la larga cadena de despropósitos que contra el patrimonio arquitectónico local se perpetró sobre todo en la segunda mitad del siglo XX.