FRANCISCO ALBIÑANA CORRALÉ. 1915. CAMINO DE LAS TORRES, 176
El colegio de La Salle Montemolín del camino de las Torres fue una obra singular dentro del trabajo de Francisco Albiñana. Extraña en cuanto a su tipología, la escolar; en cuanto a su promotor, una institución religiosa y, sobre todo, en cuanto a su solución formal.
En un momento en el que el trabajo de Albiñana se caracteriza por su entidad, originalidad, gusto por lo ornamental e interés por las corrientes constructivas dominantes en Europa, el colegio de La Salle Montemolín destacaba por su modestia y sus referencias al pasado.
El proyecto de Albiñana era aún más modesto de lo que luego resultó el inmueble tras su ampliación de 1929 (tal y como se muestra en la imagen) pero ya establecía los valores principales de la obra: ladrillo como material dominante (a excepción del zócalo, las columnas y los guarnecidos de algunos dinteles), simplicidad compositiva, limitado repertorio formal en los huecos y arcos.
El resultado es una obra modesta sin duda por motivos económicos y de voluntad de los promotores. Esto le aleja de los grandes proyectos para edificios escolares que por aquellos años se llevan a cabo en Zaragoza (ampliación de las Escuelas Pías, el colegio de las Madres Escolapias o el grupo escolar «Gascón y Marín, por ejemplo), así como de los principales trabajos de Francisco Albiñana.
(Fotografía: Heraldo de Aragón)