Iglesia de la madre del Salvador

1959. PASEO DE SAGASTA, 1

La gran mole del colegio del Salvador se levantó en el arranque del paseo de Sagasta, muy próximo a la plaza de Paraíso. Aunque el edificio contaba con una capilla, en 1922 se encargó desde la orden una iglesia exenta a Pascual Bravo Sanfeliu.

Esta primera iglesia de la Madre del Salvador no llegó a terminarse. Si bien se pusieron sus cimientos e incluso comenzaron a plantearse los pilares, dos años más tarde las obras quedaron definitivamente suspendidas por falta de fondos.

Aquel proyecto de Pascual Bravo seguía una línea neogoticista muy propia de este tipo de proyectos desde el siglo XIX. Eso si, sin aportar grandes valores hubiera constituido, en caso de haberse rematado, un ejemplo bastante original de neomedievalismo en la arquitectura local.

A finales de los años 50 se retoma la idea de construir una iglesia de nueva planta dentro del recinto del colegio del Salvador. En este caso las obras, iniciadas en 1959, llegarían a término y en 1960 se abrió al culto.

La iglesia era de planta de cruz latina, tres naves y presentaba torre campanario como remate de la fachada.

Construida enteramente en ladrillo, mantiene las referencias historicistas que tuvo en su momento el proyecto de Bravo, pero ahora con características muy diferentes. El medievalismo del primer proyecto se transformaba ahora en un diseño de evidentes referencias al pasado, pero ahora mucho más contenidas y, sobre todo, menos coherentes formalmente.

Los arcos apuntados que dominan las diferentes fachadas remitían a un goticismo que contrastaba con el remate de la torre más próxima  a algunos de los ejemplos de este tipo de construcciones del barroco zaragozano.

Por lo demás, el edificio era sobrio, con el ladrillo como material constructivo predominante y con una simplificación formal que se inscribe en las transformaciones que comienzan a plantearse en la arquitectura religiosa y en la liturgia de la iglesia católica y que culminará precisamente en la década de los años 60.

Este fue, además, el periodo que se mantuvo en pie la iglesia de la Madre del Salvador. En el tránsito de los años 60 a los 70, la orden de los jesuitas vendió el solar de su colegio e iglesia a la Caja de Ahorros de Zaragoza, Aragón y Rioja, trasladando su colegio a una zona aledaña al Parque de Buenavista. Como consecuencia el gran caserón decimonónico y el templo fueron derribados y sustituidos poco después por la nueva y acristalada sede de la entidad bancaria.

(Fotografías: El desván de Rafael Castillejo, Gerardo Sancho Ramo, Ayuntamiento de Zaragoza y Carlos Carretero)

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