Sagasta, 40

LUIS DE LA FIGUERA LEZCANO. 1910. PASEO DE SAGASTA, 40

En junio de 1910 D. Antonio de la Figuera presentó a la aprobación del Ayuntamiento de Zaragoza el proyecto para la construcción de este edificio, calificado en la solicitud como «casa de alquiler» y firmado por Luis de la Figuera Lezcano.

El inmueble constaba originalmente de baja más cuatro plantas alzadas (a las que se añadiría en reforma de 1984 un ático no existente previamente). Su situación era privilegiada puesto que presentaba fachadas al paseo de Sagasta y la avenida Central, actual calle de Zumalacárregui, una artería básica en la articulación de la trama urbana de la zona en su momento.

Tal y como estaba establecido para las construcciones de este sector del paseo de Sagasta, la fachada principal queda precedida de un pequeño jardín que hace ganar en perspectiva al conjunto del edificio.

Ambas fachadas comparten una cuidada articulación y un interesante juego cromático logrado mediante la combinación de colores, sobre todo mediante el uso de ladrillos amarillos y rojos. Desde el punto de vista competitivo, Luis de la Figuera combina los miradores con los balcones marcando un ritmo más complejo en la fachada del paseo, pero que tiene su réplica en la lateral.

Los miradores concentran buena parte de la decoración tanto por la propia traza como por el uso de elementos ornamentales como las guirnaldas. También resultan interesantes los arcos de medio punto con alfiz de los balcones de la planta principal, con jambas cajeadas, marcada rosca y clave en resalte. Finalmente, el remate del edificio se resuelve mediante un voladizo apoyado sobre recias ménsulas en combinación con frontones curvos que culminan los miradores.

La concentración decorativa en los pisos inferiores y su mayor aligeramiento en los superiores evidencia la jerarquización en altura del edificio como corresponde a una disposición tradicional de las viviendas de alquiler del momento. Las clases más pudientes ocupaban los pisos inferiores, especialmente el «principal», mientras que según se ascendía los pisos se destinaban a familias cada vez más modestas. Este planteamiento cambiaría en los años posteriores cuando la progresiva incorporación del ascensor a los edificios de viviendas potenciaría la zonificación frente a la altura como factor de distribución social en los inmuebles de viviendas.

El resultado es uno de los edificios más interesantes de la producción de Luis de la Figuera por su riqueza visual. El arquitecto se beneficia en este sentido de un momento de gusto por una arquitectura colorista e imaginativa derivada del éxito del lenguaje modernista, si bien él se mantiene fiel a una estética más conservadora y ecléctica.

(Fotografías: autor y proyecto Gaza)

 

2 comentarios en “Sagasta, 40

  1. Muy bien descrito. Una de las fotos por las banderas que asoman deduzco que es reciente. El recrecimiento le quitó algo de prestancia y de esbeltez al edificio al solapar un tanto los remates salientes de frontón curvo , pero no está mal del todo. A continuación de la casa Mantecón y antes de este edificio se puede ver un edificio con un preciosa hilera de miradores que recorre la calle central de la fachada en su eje vertical y que ha sido sustituído por.. en fin. Inenarrable. Y también se atisba al fondo la maravillosa casa de los Averly, la casa de Pedro Marcolaín y otro par de edificios, practicamente ignotos fotográficamente, que ocupaban esa manzana y qué hoy detenta una enorme mole maciza y espeluznante

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    • Muchas gracias por tu comentario. Lo ocurrido con el patrimonio arquitectónico desaparecido en el paseo de Sagasta es injustificable y una vergüenza para toda la ciudad que no respeta su pasado.
      Un saludo.

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