JOSÉ BELTRÁN NAVARRO. 1934. PASEO DE MARÍA AGUSTÍN, 7
José Beltrán Navarro proyectó este edificio de viviendas para Siro Algora y Antonio Armisen en, 1934, en el momento de mayor pujanza de la arquitectura racionalista en la ciudad de Zaragoza.
El inmueble se levanta entre medianerías y consta de seis plantas: baja destinada a locales comerciales (hoy totalmente modificada respecto del proyecto original), y seis alzadas dedicadas a viviendas. El remate se resuelve en terraza.
De una gran sencillez formal, sin elementos añadidos, la fachada se fía por completo a la composición de sus elementos formales. Es una composición simétrica, con un cuerpo central de balcones de triple vano adintelado, y dos cuerpos de miradores laterales. Esta disposición se resalta, además, por el uso del ladrillo a cara vista en la zona de los balcones, mientras que en el resto el ladrillo está enfoscado y, tal y como es habitual en la arquitectura racionalista, pintado mediante color plano.
Especialmente interesante es la resolución de los miradores laterales, con la manera en que se recortan limpiamente las ventanas de los mismos y, sobre todo, el trazo curvo de transición hacia los balcones. Además, la utilización de la carpintería de tubo, «tipo barco», de los antepechos, conforman un conjunto plenamente característico de la arquitectura racionalista.
Por desgracia, la guerra civil habría de cortar bruscamente, pocos meses más tarde, la evolución lógica de la arquitectura zaragozana que se pone de manifiesto en este edificio. El mismo José Beltrán que aquí se muestra como un buen conocedor de la arquitectura racionalista, sería uno de los mejores representantes de la vuelta a unas formas mucho más conservadoras y vinculadas a la tradición.