RICARDO MAGDALENA TABUENCA. 1907. BUEN PASTOR, 2-4
El edificio fue proyectado como Escuela Municipal en el solar de lo que había sido anteriormente convento de los Teatinos y Delegación de Hacienda. Desde comienzos del siglo XX Ricardo Magdalena, en su condición de arquitecto del Consistorio, proyectó una serie de escuelas en la calle de las Armas (1902), el barrio de Montemolín (1904), la plaza de Santa Marta (1906) y, como culminación, esta de la calle del Buen Pastor, la más ambiciosa de todas ellas.
El inmueble incluía no sólo las aulas sino también viviendas para maestros y su construcción se prolongó hasta el año 1912. Recibió el nombre de Buen Pastor en homenaje a la asociación benéfica de esta denominación.
La fachada principal recae sobre la calle del Buen Pastor, pero también presenta otra, más breve y sencilla, hacia la plaza de Lanuza, frente al Mercado Central.
El inmueble consta de tres alturas, salvo el zócalo de piedra, enteramente de ladrillo a cara vista. En la fachada hacia el Mercado la planta baja adopta la forma de porche, sostenido por esbeltas columnas de fundición y un recio pilar en la esquina.
En la fachada a la calle del Buen Pastor se sitúa la doble entrada al edificio. En planta baja, los amplios ventanales se cierran en arcos de medio punto, que se transforman en rebajados para la planta intermedia y balcones adintelados en la superior. Para remarcar la zona de entrada, sobre su eje se sitúa un remate con el motivo heráldico del escudo de la ciudad de Zaragoza.
La decoración es muy sencilla, pero en ella se demuestra el buen uso que Magdalena sabe hacer siempre del ladrillo, con una fina cornisa de esquinilla entre los dos pisos inferiores, la decoración en sardinel sobre los arcos y el alero con modillones también latericios.
Interiormente, el edificio debía adaptarse a la gran irregularidad del solar, lo que daba como resultado una organización compleja. Lo más interesante es el uso de columnas de fundición que recuerdan a las utilizadas en los porches del Mercado.
Tras quedar inadecuado para su uso propiamente escolar, el edificio acoge hoy el Centro de Innovación y Formación del Profesorado «Juan de Lanuza», conservando, en buena parte, su apariencia original.