San Andrés, 17-19

ALBERTO HUERTA MARÍN. 1922. SAN ANDRÉS, 17-19

Alberto Huerta es normalmente reconocido como uno de los arquitectos próximos al Racionalismo dentro de la nómina de profesionales zaragozanos de las décadas centrales del siglo XX. Sin embargo, en sus inicios, la arquitectura de Alberto Huerta Marín tiene un carácter todavía ecléctico, con abundantes referencias ornamentales al pasado, que no hacen preludiar lo que será su obra de madurez.

El edificio de viviendas de los números 17 y 19 de la calle de San Andrés es una buena muestra, quizás la más lograda, de esta primera fase del trabajo de Alberto Huerta en la que se incluirán otros proyectos como el edificio de viviendas de la calle de San Valero 8-10 o la casa de Miguel Felipe en el barrio de Hernán Cortés.

Alberto Huerta se tituló por la Escuela de Arquitectura de Madrid en 1918, y las tres obras citadas se firmaron entre 1920 y 1922.

El edificio de la calle de San Andrés presenta fachada también a la de San Jorge, en uno de los espacios privilegiados del centro histórico de la ciudad de Zaragoza, a escasos metros de la calle de Don Jaime. Es un edificio de vivienda colectiva con planta baja, de función comercial, y dos de viviendas sobre las que se sitúa un sotabanco.

Pese a su limitada altura, el edificio tiene presencia gracias a la rotundidad de su diseño. La buena resolución en chaflán de la esquina, con el recio mirador bajo balcón, todo ello aplantillado para darle la mayor solidez visual posible. A esta presencia ayuda también la composición de la planta calle a base de arcos ligeramente rebajados y con dovelas muy marcadas.

Las fachadas laterales son algo más ligeras gracias al tratamiento más simple de los paños. El elemento formal dominante, y el que compone rítmicamente estas fachadas, es el balcón adintelado de recias balaustradas. En el piso superior la decoración de medallones y guirnaldas le dan un toque más ornamental al conjunto.

El remate se resuelve mediante un alero de vuelo marcado que tiene su sentido en el contexto de la arquitectura tradicional zaragozana.

En su conjunto, el edificio de la calle de San Andrés 17-19, es una obra bien planteada en su entorno (especialmente en relación con otros edificios de esta misma zona de la calle de Don Jaime I) que pese a su limitado volumen agrada por su porte, el ritmo de las fachadas y la armónica disposición de sus elementos.

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