Pabellón del Ministerio de Fomento

CARLOS GATO SOLDEVILA. 1908. HUERTA DE SANTA ENGRACIA

El de Fomento fue el único ministerio que, como tal, participó en la Exposición Hispano-Francesa de Zaragoza de 1908. La decisión de su presencia en la muestra fue relativamente tardía, puesto que se dispuso por Real Orden de 11 de noviembre de 1907.

El encargado del proyecto fue Carlos Gato Soldevila, arquitecto del Ministerio de Fomento y profesor de la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid. Era un profesional de sólido prestigio que se había formado en la Escuela de Bellas Artes de París y que, por ejemplo, formó parte del jurado que se constituyó para la construcción de la sede de la Sociedad de Naciones de Ginebra.

La apertura de la muestra estaba prevista para el 1 de mayo de 1908, por lo que hubo de procederse con gran rapidez. Así, a comienzos de febrero, el arquitecto visitó el recinto de la exposición para proceder al replanteo de la obra y a comienzos de abril la prensa local afirmaba que estaba ya prácticamente finalizado. Su apertura oficial tuvo lugar el 19 de mayo de 1908.

Dado su carácter provisional y la urgencia de la construcción, se explica que se construyera enteramente en adobe, tratado para imitar la piedra caliza.

Pese a su modestia material, el pabellón fue del agrado general de los visitantes a la muestra por su estética Beaux-Arts que, aunque contrastaba con la mayor parte de las construcciones del certamen, le hacían tener un aire distinguido y elegante según los gustos de la época.

En su diseño, el pabellón era de una sola planta y se levantaba sobre un zócalo que salvaba la importante irregularidad del terreno en el que se construyó. Lo formaba una gran nave de 72 metros de longitud, situada de manera paralela a la trasera del Pabellón Central o de Alimentación de Ricardo Magdalena Tabuenca.

Su composición era simétrica y partía del gran pórtico que servía de acceso principal y vestíbulo. En él sobresalían las columnas anilladas de orden corintio sobre el que apoyaba el entablamento y la cartela con la inscripción de Ministerio de Fomento. Sus proporciones eran modestas, pero el tratamiento buscaba el máximo realce posible. A ambos lados se disponían las naves para la muestra de los diferentes expositores que, exteriormente tenían un diseño de ventanas de arco rebajado con pilastras entre ellas, y que interiormente eran de una gran austeridad.

En los extremos, el arquitecto situó sendos cuerpos de planta rectangular y rematados en cúpulas aquilladas, que cobijaban los accesos secundarios abiertos de nuevo mediante arcos rebajados.

Tras la clausura de la Exposición en diciembre de 1908, el Pabellón del Ministerio de Fomento fue uno de los primeros en desaparecer, dejando espacio para la actual plaza de los Sitios.

 

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