Plaza de Aragón, 5

JOSÉ BOROBIO OJEDA y REGINO BOROBIO NAVARRO. 1980. PLAZA DE ARAGÓN, 5

Atrevimiento contenido

Dentro de las construcciones que definen la nueva plaza de Aragón surgida en la segunda mitad del siglo XX, esta del número 5 sobresale por su originalidad y acierto.

Exteriormente se muestra como un edificio atrevido, en el que los vanos se recortan con limpieza y sobre el muro blanco y liso mediante una distribución variada y aparentemente aleatoria. Es un recurso poco frecuente que corre el riesgo de caer en lo anecdótico si no se trata con el acierto -tras el que se esconde un evidente esfuerzo compositivo- con el que lo resuelven los autores.

Sin embargo, el atrevimiento del diseño de la fachada es contenido y sabe armonizar con un entorno urbano en el que podría haber resultado descontextualizado. Así se muestra en la manera en que se resuelve la armonización del diseño de la fachada con la obligatoriedad de los porches de la planta calle que se establece en la plaza. Y eso es así porque el edificio de la plaza de Aragón número 5 se basa, dentro de su carácter aparentemente caprichoso, un diseño ordenado y clásico.

Sin duda, este ejemplo de buena arquitectura sólo es posible por la conjunción en la autoría de dos profesionales de generaciones tan diferentes como José Borobio Ojeda, uno de los introductores del Movimiento Moderno en la ciudad y coautor de edificios tan emblemáticos como la sede de la “Confederación Hidrográfica del Ebro”, y Regino Borobio Navarro, un arquitecto formado ya en la superación del dogma funcionalista.

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